RESEÑA DEL 📲******6️⃣5️⃣8️⃣7️⃣

Anoche vi a Nayara. Es físicamente como de 1.60, cabello cortito, piernas con carnita, nalgas muy ricas y de pechos pequeños pero con unos chuponcitos que te hacen una regresión inconsciente que te atrae a querer terminar de alimentarte como todo un lactante. Compensa mucho con su actitud, tan jovial y amena cuál novia de prepa, con mirada tímida pero esencia de diabla y que da unos besos tremendos, atascados, ricos, con lengua y mordida de por medio y que le dan un plus a la relación haciéndote sentir totalmente como con la novia añorada. Edad aproximada de 20 años. Llegó vestida con ropa deportiva pero escondiendo un conjunto de encaje azul que vaya que resaltaba la silueta y mejor ni les cuento de cómo se veía aquello en la faena.

Llegó puntual, yo ya estaba duchado. Se acercó a la cama y empezaron los besos. Todo apasionado como toda una producción de Telemundo, se montó y parecía que en verdad le agradaba esta parte del cachondeo porque se prendió bastante y empezó a aplicar los cambios de velocidad cuál Checo Pérez lo haría. Me despido de la ropa y recorrió con la lengua mi cuerpo hasta parar en aquella zona que parecía estaca y que rápidamente comenzó a cromar, la felación incluía el escroto hasta la garganta y solo me hacía estremecer y dejarme llevar por el frenesí con que succionaba aquel volcán que se aguantaba por no hacer erupción antes de tiempo.

Fueron unos minutos así hasta que abrió el condón que me coloco con la boca con magistral facilidad tal cual tutorial de YouTube, se acostó en la cama y no sin antes pasar a beber de su río y cuando aquello derramaba miel decidí empezar el ruedo con piernas al hombro a diferentes ritmos junto con la música de reggaeton que sonaba en el televisor (que bien suena JBalvin con los BlackEyedPeas mientras uno está cogiendo) Fue así un round de puro placer para cambiar posiciones y terminar con ese perrito que disfruto porque su humedad la delató en varias ocasiones cuando sentía mojados mis muslos y yo solo seguía en mi trabajo que solo iba a terminar hasta llegar el clímax. Fue así la jornada que superó la hora y que nos dejó agitados y solo pasamos platicando recostados en la cama un par de minutos antes de que la alarma sonara. Ella se quedó un poco más, nos duchamos, me pidió tomar unas fotos con su celular antes de volver a sus hábitos deportivos nuevamente y no sin antes despedirnos con una sesión de besos que solo me hizo tomar la posición de firmes nuevamente y que ella agradeció dándole unas últimas chupadas como para llevarse ese sabor en el camino mientras que yo regrese a casa a contarle a Manuela mi aventura porque realmente regrese como puberto de prepa y me quedé con ganas de seguir probando el producto que este espacio nos ofrece. Está fue mi historia con Nayara.